Publicación #209, Mayo 12, 2021

El líder las emociones: confusión

¿Puede un gran líder estar confundido? Los líderes por lo general actúan con confianza y parecieran saber en qué dirección deben de ir. Pero todos hemos estado en situaciones en las que el camino hacia adelante no es muy claro. David era un gran líder que también experimentó confusión y frecuentemente clamó a Dios por dirección y guianza.

Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día. Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, Que son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová..... 15Mis ojos están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red. 16 Mírame, y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido. 17 Las angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis congojas. 18 Mira mi aflicción y mi trabajo, Y perdona todos mis pecados. 19 Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen. 20 Guarda mi alma, y líbrame; No sea yo avergonzado, porque en ti confié. 21 Integridad y rectitud me guarden, Porque en ti he esperado. 22 Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias. (Salmo 25:4-7; 15-22)

 No sabemos con exactitud en qué situación se encontraba David cuando escribió este salmo; hace referencia a los pecados de su juventud, así que debió haber sido en una etapa posterior, quizás cuando huía de su hijo Absalón. Pero fuera cual fuera la situación en la que se encontraba, sus muchas peticiones para que Dios le enseñara y guiara indican que se encontraba en un lugar de confusión e incertidumbre.

La confusión debe ser reconocida. David clamó a Dios con estas palabras: Muéstrame tus caminos... Encamíname en tu verdad ….” David está admitiendo que está confundido y que no sabe cuál es la dirección correcta. Se refiere a los pecados de su juventud, quizás recordando su pecado con Betsabé (ver 2 Samuel 11). Estas memorias del pasado pueden haber sido el origen de su confusión así que clama a Dios por su misericordia y amor al reconocer el estado de incertidumbre en el que se encontraba.  A muchos líderes les cuesta trabajo admitir que se encuentran confundidos. Su identidad puede estar ligada a su habilidad para proveer respuestas y mostrarle a otros el camino a seguir. Así que es doloroso, aún para ellos mismos, reconocer que no saben cuál es el camino correcto hacia adelante. Los líderes-siervos aprenden a reconocer la confusión y admiten que todos los seres humanos la experimentan.

La confusión debe ser expuesta. David se muestra abierto a reconocer públicamente su necesidad de dirección, aún con nosotros que podemos leerlo muchos siglos después. Muchos líderes sienten que revelar su confusión e incertidumbre es una señal de debilidad. Así que deciden esconderla o pretender que no está ahí, al menos hasta que el camino hacia adelante se vea más claro. Esto no significa que debemos pararnos enfrente de todos y gritar: "¡estoy confundido!” Pero cuando los líderes-siervos se encuentran confundidos buscan consejo sabio de parte de Dios y de otras personas. Buscan amigos que puedan escuchar su confusión y puedan proveer dirección o ayuda. Los líderes-siervos no entran en pánico cuando se sienten confundidos; primero la reconocen y después la exponen. Reconocen que esta emoción es parte de ser humano y que somos seres limitados en conocimiento y sabiduría. Claman a Dios por guianza, comparten su confusión con amigos cercanos y esperan que con el tiempo, el camino a seguir se vuelva más claro. 

La confusión debe ser contenida. ¡La confusión dificulta mucho el liderazgo! La incertidumbre nos puede llevar a la inacción. Al final del Salmo David cambia su enfoque de su propia emoción de vuelta a la nación que estaba dirigiendo. Dice: Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias!

Los líderes-siervos aprenden a contener su confusión para que no impida que continúen avanzando con la gente que Dios les ha dado para que lideren. Reconocen la emoción y continúan liderando

  Para mayor reflexión y debate:

 

  • ¿Cómo procesé esa emoción?
  • ¿Acepté mi confusión en ese momento? 
  • ¿Fui capaz de admitirla apropiadamente a otras personas o la escondí de ellos?  
  • ¿Esa confusión en alguna forma fue el producto de algunos pecados? Si es sí, ¿he confesado y me he arrepentido de esos pecados
  • ¿Fui capaz de continuar liderando con esa confusión?
  • ¿Qué haría diferente después de aprender de la historia de David? 

En la siguiente publicación examinaremos la emoción de la ansiedad. 

 

Hasta la próxima, suyo en el peregrinaje,

Jon Byler

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Reflections for Serving Leaders is published by Center for Serving Leadership and Jon Byler. Copyright, 2021

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