Los líderes trabajan duro y hacen que las cosas sucedan. Son gente de acción. Pero los líderes eficaces también reconocen que pensar en su trabajo forma parte de él. Se dan cuenta de que lo que piensan influye en lo que hacen. Pablo desafía a los líderes a prestar atención al enfoque de su pensamiento.
8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo noble, todo lo recto, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración -si hay algo excelente o digno de alabanza-, en esto pensad (Filipenses 4: 8).
Pablo nos instruye a «pensar en tales cosas». Los líderes-siervos se preguntan «¿Qué estoy pensando?» por varias razones.
Los líderes-siervos se preguntan ¿en qué estoy pensando? para asegurar tiempo para pensar.
Pablo pide que pensemos en lo que pensamos. Quiere asegurarse de que dediquemos tiempo a pensar. Aunque pensar no parece un ejercicio activo, los líderes que sirven reconocen que el tiempo de pensar no es improductivo, tiempo perdido. Los líderes necesitan detenerse y pensar. Necesitan dar un paso atrás y adquirir perspectiva. Necesitan reflexionar sobre el pasado, evaluar el presente e imaginar el futuro. En primer lugar, se preguntan: «¿Estoy pensando? «¿Tengo tiempo programado que me permita centrarme en pensar?». Los líderes-siervos reconocen que servir no siempre significa participar en el trabajo. Se apartan del trabajo para pensar en el trabajo.
Los líderes-siervos se preguntan ¿en qué estoy pensando? para focalizar el tiempo para pensar en algo productivo.
Pablo nos llama a pensar en «estas cosas». Proporciona una lista de cosas «excelentes y dignas de alabanza» en las que pensar. El tiempo para pensar es útil, pero si el enfoque del tiempo está en la dirección equivocada, no será provechoso. No todo el tiempo para pensar es igual. Hay algunas áreas en las que el líder-siervo puede centrar sus pensamientos y que aportarán un mayor rendimiento a la organización. Puede tratarse de planificar el futuro, reflexionar sobre cómo delegar tareas y responsabilidades de forma más eficaz, reflexionar sobre el contexto en el que dirige y cómo los cambios en el contexto afectan a la dirección de la organización, pensar sobre cómo aprovechar mejor los puntos fuertes, etc. Los líderes que prestan servicio centran su pensamiento en cosas que producen resultados positivos.
Los líderes-siervos se preguntan ¿en qué estoy pensando? para explicar su tiempo de pensar
Los líderes-siervos reflexionan sobre lo que piensan para poder explicar a los demás lo que piensan. Sirven a quienes dirigen compartiendo con ellos lo que piensan. Comparten deliberadamente lo que piensan y por qué lo piensan. Todos los que escuchan lo que piensa el líder se benefician de una mejor comprensión del corazón y la mente del líder y de la dirección en la que se mueve. También aprenden cómo piensan los líderes, lo que aumenta su propia capacidad de pensamiento. Algunos de los que escuchan agudizan el pensamiento de los líderes y aportan ideas adicionales que mejoran el proceso de pensamiento. Otros miembros de la organización necesitan saber lo que piensa el líder para poder llevar a cabo las acciones necesarias. Los líderes-siervos no sólo piensan, sino que sirven a sus equipos compartiendo lo que piensan.
Tómese un minuto para pensar en estas cosas. |