En el último número vimos cómo Jesús modeló la tercera acción del Modelo del Líder ServicialTM*, Abrir la Brecha. Él ayudó a Su equipo a tener éxito definiendo el éxito y quitándoles los obstáculos. Jesús también fue un maestro constructor de equipos. Cuando envió a los discípulos, deliberadamente maximizó las fortalezas de cada uno de ellos y modeló la siguiente acción, Construir sobre la Fortaleza.
1 Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió delante de él, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares adonde iba a ir. 2 Les dijo: "La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id. Os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolso, ni alforja, ni sandalias, ni saludéis a nadie por el camino. 17 Los setenta y dos volvieron con alegría y dijeron: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre." 18 El les respondió: "He visto a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Os he dado autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y para vencer todo el poder del enemigo; nada os dañará. 20 Pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan, sino alegraos de que vuestros nombres estén escritos en el cielo." (Lucas 10:1-4, 17-20).
Con sólo echar un vistazo rápido a esta historia, parece que Jesús simplemente estaba cumpliendo una tarea a través de otros. Pero veamos más de cerca cómo estaba construyendo su equipo centrándose en las fortalezas individuales.
Los líderes-siervos reconocen el valor de trabajar en equipo.
Jesús envió a los discípulos de dos en dos, no solos. Jesús pudo haberlos enviado a 72 lugares individuales, pero escogió construir sobre las fortalezas creando 36 equipos. Reconoció que reunir a dos personas para llevar a cabo la misión no era una pérdida de tiempo y energía, sino una multiplicación de fuerzas. Los dones y habilidades únicos de cada persona se complementarían con los de su compañero. Uno de ellos podría entablar rápidamente una conversación con un desconocido, mientras que el otro sería capaz de articular más claramente su misión. Uno podría ser fuerte en la relación con la gente y el otro podría ser fuerte en la logística. Jesús eligió deliberadamente equipos que maximizaran los puntos fuertes de aquellos a los que llamaba.
Los líderes-siervos valoran las fortalezas individuales que se complementan trabajando en sinergia con los demás. Los líderes-siervos reconocen que nunca tendrán personalmente todas las fortalezas, pero pueden construir un equipo que esté bien equilibrado con diferentes fortalezas. Reconocen que el trabajo en equipo hará que el sueño se cumpla.
Los líderes-siervos alinean los puntos fuertes con las responsabilidades del equipo.
Cuando Jesús envió a los discípulos de dos en dos, dejó muy claro que ellos eran los responsables de su misión. Debían enseñar y curar. Estaban preparando el camino para Jesús. Les ordenó que no se distrajeran, ni siquiera con cosas buenas, como saludar a la gente por el camino. Reconoció que enviándolos en equipos con diferentes fortalezas cumplirían mejor su gran propósito. Uno podría distraerse saludando a otra persona en el camino, pero su compañero de equipo podría volver a centrarlos en su misión.
Los líderes-siervos aprenden a conocer los puntos fuertes de su equipo. Luego, trabajan deliberada y metódicamente para alinear a su equipo con las fortalezas individuales, de modo que se cumpla la misión.
Los líderes que sirven fomentan el crecimiento y el desarrollo continuos de su equipo.
Cuando los discípulos regresaron después de una misión exitosa, estaban llenos de alegría. Jesús estaba agradecido por sus logros, pero inmediatamente comienza a ayudarles a obtener una mejor perspectiva. Él levanta sus ojos de los éxitos actuales a su propósito más alto. Jesús está invirtiendo en su crecimiento continuo. Su enfoque es preparar a este grupo para tomar el relevo después de que Él se fuera. El les dio una tarea para prepararlos para mayores responsabilidades. Como Jesús, los líderes-siervos piensan en el futuro y continúan invirtiendo en el crecimiento y desarrollo de su equipo. Los líderes-siervos no se sienten amenazados por el avance de los demás, ¡lo fomentan! Reconocen que no hay éxito sin sucesor. Equipan a sus equipos para aprovechar los puntos fuertes de cada persona, de modo que los logros futuros sean mayores que las victorias presentes. |