Como vimos en el último número, Josué empezó bien en su nuevo rol reconociendo las realidades de su situación. Al comenzar, oyó que Dios le hacía varias promesas.
5 "Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, así estaré contigo; nunca te dejaré ni te abandonaré. 6 Sé fuerte y valiente, porque conducirás a este pueblo a heredar la tierra que juré a sus antepasados que les daría. 7 "Sé fuerte y muy valiente. Cuida de obedecer toda la ley que te dio mi siervo Moisés; no te desvíes de ella ni a derecha ni a izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. 8 Ten siempre en tus labios este Libro de la Ley; medita en él de día y de noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Así tendrás éxito y prosperidad. 9 ¿No te lo he ordenado yo? Sé fuerte y valiente. No temas ni te desanimes, porque Yahveh, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas" (Josué 1: 5-9).
Al principio de su viaje como líder, Josué escuchó y creyó estas promesas, que se convertirían en la base de su práctica del liderazgo. Dios dio tres promesas en las que todos los líderes-siervos confían, no sólo para comenzar su viaje, sino también para continuar bien.
Dios promete Su presencia.
"Yo estaré contigo; nunca te dejaré ni te desampararé".
Dios prometió a Josué que pasara lo que le pasara como líder, Dios estaría con él. Los líderes toman decisiones difíciles y llevan la carga de saber que sus decisiones afectan a todos los que están bajo su liderazgo. A veces tiene que tomar decisiones que no serán aceptadas por sus dirigidos. El peso de estas responsabilidades puede hacer que un líder se sienta solo. Pero Dios prometió a Josué que en cada situación no estaría solo, que tendría la presencia de Dios con él. Los líderes-siervos reconocen que necesitan recurrir a una mayor fuente de sabiduría y comprensión, especialmente cuando asumen nuevos niveles de responsabilidad o se enfrentan a retos inesperados. Los líderes-siervos confían en la presencia de Dios para que les dé sabiduría ante los retos del liderazgo. Su presencia da a los líderes-siervos una ventaja impresionante.
Dios promete su poder.
Tres veces en estos versículos Dios le dice a Josué: "Sé fuerte y valiente". Josué necesitaría fuerza y poder para su nuevo rol. Iba a guiar a la gente a una nueva tierra y habría batallas por delante. El liderazgo requiere fuerza. Se esperaba que Josué hiciera su parte, pero no sería suficiente. Al comenzar este rol, tenía que ser consciente de que no tendría éxito debido a sus propias credenciales o experiencia previa. Necesitaba el poder adicional que Dios le había prometido. Entonces, Dios le recordó que la tierra que conquistaría había sido prometida por Dios y que Dios le daría Su poder para ayudarlo a cumplir la tarea. La misión era suya. Los líderes-siervos reciben formación y aprenden de libros y otros recursos excelentes; trabajan duro y hacen todo lo que está en sus manos, pero también creen con gratitud que Dios les ha prometido el poder que necesitan para hacer lo que les ha llamado a hacer.
Dios promete Su plan.
Dios esperaba que Josué dirigiera bien, pero también le aseguró que tenía un plan. Primero le da a Josué instrucciones personales, que obedezca cuidadosamente la ley de Dios para que "sea próspero y tenga éxito". Más tarde Dios añadiría más detalles a este plan, pero al comenzar Josué, la obediencia era el fundamento. Los líderes-siervos no desarrollan simplemente sus propios planes; buscan seguir los planes de Dios. Creen que el plan de Dios es mucho más grande y significativo que lo que pueden concebir por sí mismos.
Josué comenzó bien creyendo en las promesas que Dios le hizo. Los líderes-siervos hacen lo mismo.
Hasta la próxima, suyo en el peregrinaje,
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