Hemos examinado muchas formas en la que los líderes-siervos necesitan aprender a permanecer callados. Pero la ocasión más difícil para permanecer callado es cuando somos atacados personalmente o acusados de haber cometido algún mal. Cuando esto ocurre nuestra respuesta más natural es defendernos y por lo general, ¡lo hacemos en voz alta! La auto-defensa es considerado como un derecho humano universal, pero cuando Jesús estuvo bajo juicio nos modeló una forma diferente.
"Adentro, los principales sacerdotes y todo el Concilio Supremo[a] intentaban encontrar testigos que mintieran acerca de Jesús para poder ejecutarlo. Sin embargo, aunque encontraron a muchos que accedieron a dar un falso testimonio, no pudieron usar el testimonio de ninguno. Finalmente, se presentaron dos hombres y declararon: «Este hombre dijo: “Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días”». Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le dijo a Jesús: «Bien, ¿no vas a responder a estos cargos? ¿Qué tienes que decir a tu favor?». Pero Jesús guardó silencio. Entonces el sumo sacerdote le dijo:—Te exijo, en el nombre del Dios viviente, que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios. (Mateo 26:59-63). La habilidad de Jesús para permanecer en silencio en esta situación es extraordinaria y tiene mucho que enseñarnos sobre el poder del silencio en la auto-defensa.
El Silencio en la auto-defensa denota humildad. El silencio de Jesús reveló una profunda humildad. La acusación que hicieron en contra de él fue una tergiversación de lo que él había dicho en Juan 2:19. ¡Con toda seguridad que Jesús aclararía las cosas! Sin embargo, de manera humilde él permaneció en silencio, rehusando a defenderse.
La gente orgullosa argumenta su caso y se defiende alzando su voz. No pueden aceptar ninguna acusación que los haga ver mal, sin importar si es verdad o no. Pero los líderes-siervos demuestran humildad al permanecer callados cuando son acusados falsamente.
El Silencio en la auto-defensa refleja confianza. Jesús demostró una confianza extraordinaria con su silencio. No tenía que defender ni argumentar su identidad como el Mesías. No tenía necesidad de defender quién era Él porque sabía quién era Él. Su silencio "gritaba" que no tenía nada que probar.
El silencio en la auto-defensa habla más fuerte que los gritos y la argumentación. Revela una profunda confianza que no necesito demostrar que estoy bien porque sé que estoy bien. Muchas veces el sonido más fuerte es el silencio. Los líderes-siervos expresan su confianza al permanecer callados cuando son acusados.
El silencio en la auto-defensa requiere confianza en Dios. Mientras estaba siendo juzgado, Jesús permaneció callado, y ese silencio demostró que Su confianza no estaba en ningún veredicto humano de ser condenado o absuelto. Sabía que sólo Dios podía determinar su destino. Pedro, tan sólo unos momentos después del silencio de Jesús, se defendería con mucha vehemencia (ver Mateo 26: 69-75). Pero años más tarde, al recordar la muerte de Jesús, dijo: "No respondía cuando lo insultaban, ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia." (1 Pedro 2.23). El silencio de Jesús influenció a Pedro, quien ahora nos exhorta a seguir el ejemplo de Jesús.
Los líderes que confían en sí mismos necesitan defenderse alzando su voz y persuadiendo a los demás. Pero los líderes que confían en el juicio de Dios pueden esperar Su veredicto en silencio. Los líderes-siervos expresan su confianza en Dios al permanecer en silencio en la auto-defensa.
¿Existe algún tiempo para que un líder hable cuando es acusado? Después de este silencio Jesús fue ordenado por el Sumo Sacerdote a hablar. En ese momento, de forma calmada, habló la verdad acerca de Su identidad. Hay tiempos en que lo correcto es hablar en defensa de la verdad sobre nosotros mismos. Pero los líderes-siervos solamente utilizan este recurso después de haber aprendido la dolorosa disciplina de permanecer callados. Claman a Dios por sabiduría para saber cuándo hablar y cuándo influenciar a través del silencio.
¡El liderazgo silente habla fuertemente en la auto-defensa! ¡Los líderes-siervos avanzan al permanecer callados!
Hasta la próxima, suyo en el peregrinaje,
Jon Byler |