Los líderes-siervos saben que el liderazgo no siempre se trata de hablar. Reconocen que hay veces que lo que se hace en silencio puede tener mayor impacto que lo que se dice en público. Abrazan el llamado del escritor del libro de Lamentaciones a pasar tiempo en reflexión silente:
"Por eso es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del Señor. Y es bueno que todos se sometan desde temprana edad al yugo de su disciplina: Que se queden solos en silencio bajo las exigencias del Señor. Que se postren rostro en tierra pues quizá por fin haya esperanza." (Lamentaciones 3:26-29).
Este consejo fue dado a un pueblo que lamentaba la destrucción de Jerusalén, su ciudad capital. Es durante esa crisis que viene este llamado a esperar en silencio, a permanecer sentado sin hablar. Este pasaje no tiene las apariencias para un artículo de liderazgo, pero contiene pepitas de verdad para cada líder-siervo que está dispuesto a bajar las revoluciones lo suficiente para escuchar. La reflexión silente puede moldear de varias maneras la vida cotidiana del líder-siervo.
La reflexión silente alienta la espera. “Por eso es bueno esperar en silencio...” Los líderes son personas de acción, objetivos y logros. ¡Quieren progreso! Su lista de "cosas por hacer" clama por acción y esperar de manera silente no suele estar en la lista.
Pero el esperar en una reflexión silenciosa "es bueno" y trae muchos beneficios. El tiempo en silencio calma el alma. Nos aporta perspectiva. Le recuerda al líder que es Dios quien está en control, no ellos mismos. El esperar en silencio hace que el líder vaya más despacio e irónicamente lo(a) prepara para la acción. Muchos líderes, incluyéndome a mí mismo, encuentran un gran beneficio en la disciplina diaria de pasar algunos minutos en silencio y quietud antes de comenzar las actividades del día. Los líderes-siervos se preparan para la acción al esperar en silente reflexión.
La reflexión silente permite pasar tiempo a solas. “Que se queden solos en silencio …” El liderazgo casi siempre ocurre rodeado de gente. Los líderes quieren estar con y trabajar a través de otros. A muchos líderes les resulta incómodo el estar a solas. La soledad trae a la superficie preguntas que el líder quizás no quiera enfrentar. La soledad en silencio sin actividad, ni títulos para esconder la confusión interna puede hacer que el líder se sienta desnudo y expuesto. Las preguntas sobre motivación, propósito y dirección siempre se generan en silencio. La reflexión a solas ayuda al líder a reconocer sus propias dolor, emociones y luchas. El estar a solas levanta preguntas que por lo general queremos evadir por medio del ruido y los logros.
Esta escritura motiva a los líderes a abrazar los tiempos a solas como un regalo, en vez de correr de ellos. El tiempo a solas es un regalo que prepara el corazón para nuestra relación con otros. Aquellos líderes que no han aprendido a estar en quietud a solas se vuelven líderes escandalosos y peligrosos que cubren sus propias inseguridades un rol de liderazgo. Los líderes-siervos se preparan para interactuar con otros al pasar tiempo a solas.
La reflexión silente permite ponderar las cosas. “Que se postren rostro en tierra …” ¡Qué extraña petición! A nadie le gusta el polvo; intentamos evitarlo lo más que podemos y nos alejamos de él. Pero Dios nos invita a apartar un tiempo para que "nos enterremos" in el polvo doloroso. Al detenernos en reflexión silente vemos el problema del polvo. Sentimos el dolor. Reflexionamos. Ponderamos las preguntas difíciles de la vida.
Los líderes, a menudo, buscan soluciones para el dolor de otros y buscan maneras para aliviar el sufrimiento o la injusticia. Este pasaje nos exhorta a primero tomar tiempo en silencio con nuestro rostro en tierra antes de movernos a la acción. Los líderes-siervos se preparan para satisfacer las necesidades de otros al ponderar primeramente su propio dolor.
¡La reflexión silente es un trabajo duro! No va a ocurrir solamente porque sí en este tiempo digital. Pero el liderazgo silente habla más fuerte en la reflexión a solas. ¡Los líderes avanzan al permanecer en silencio!
Hasta la próxima, suyo en el peregrinaje,
Jon Byler
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