Jesús se rehusó a utilizar Su llamado para proveerse a sí mismo y se rehusó a utilizar Su carisma para promoverse a Sí mismo. Pero el diablo tenía una tentación más antes de que Jesús comenzara su ministerio público. "Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían." (Mateo 4:8-11).
Esta tentación no involucra la identidad de Jesús. En vez, el enemigo revela "todos los reinos del mundo y la gloria de ellos", y le dice a Jesús: “Todo esto te daré..." Era una oferta sobre el poder, la posición y el prestigio que muchos líderes estarían encantados de recibir. Esta tentación se relaciona con los privilegios del liderazgo. Pero la oferta del enemigo venía con un precio muy alto. Le pidió a Jesús que lo adorara. Tentó a Jesús a comprometer su carácter para obtener privilegios.
La tentación de comprometer el carácter al codiciar el privilegio.
El diablo le dijo a Jesús, "Todo esto te daré." El diablo quería que Jesús codiciara los privilegios del liderazgo más que el costo del liderazgo. Jesús sí era merecedor de todos esos privilegios, lo que hacía aún más difícil la tentación para Jesús que para nosotros. Pero Él ya había renunciado deliberadamente a todo eso por el bien de Su misión de salvarnos. (Ver Felineness 2:5-8.) La mayoría de los líderes sueñan con lo que sería tener un poco más de riqueza, fama, una iglesia más grande, o un negocio que la haga en grande. ¿Cómo sería estar en la portada de una revista de liderazgo o recibir el premio de "El Líder del Año"? El enemigo aun prueba nuestros corazones para ver si nos enfocaremos en nuestro deseo de privilegio. Los líderes-siervos no rechazan el privilegio, pero rechazan que eso sea el deseo de su corazón. Codiciar el privilegio es la línea frontal de la batalla. Si esta batalla se pierde aquí, los otros dos aspectos de esta tentación seguirán rápidamente.
La tentación de comprometer el carácter al cambiar el enfoque por el privilegio.
Una parte de la tentación del enemigo a Jesús residía en invitar a Jesús a enfocarse en las cosas que Él podía obtener del liderazgo en vez de las cosas que Él podía aportar y dar como líder. Quería que Jesús cambiara su enfoque en Su liderazgo. Todos los líderes se ven tentados a enfocarse en lo que pueden obtener del liderazgo en vez de lo que pueden dar. Es normal preguntar, "¿Y yo qué me voy a llevar en esto? ¿Yo qué gano?" Pero Jesús sabía que su enfoque era dar y servir. El privilegio vendría de esas cosas, pero Él no cambiaría su enfoque hacia Él mismo. Los líderes-siervos ven el liderazgo como una oportunidad para dar, no para recibir. Rechazan enfocarse en los privilegios del liderazgo.
La tentación de comprometer el carácter al conceder alabanza a cambio de privilegios.
Finalmente el diablo hizo saber su precio, "si tan solo postrado me adorares". Aquí, Jesús se vio tentado a cambiar Su adoración al Dios verdadero por privilegios del liderazgo. El plan del enemigo es que comprometamos nuestra integridad para ganar privilegios. Nos susurra, "Puedes tenerlo todo...si tan sólo...engañas, o dices una "pequeña mentira", o no pagas tus impuestos, o escondes tus priopios errores". Los lídres-siervos siguen el ejemplo de Jesús y se rehusan a adorar a cualquiera excepto a Dios. Se dan cuenta que su liderazgo es un privilegio sagrado que debe usarse para enfocar la adoración de la gente únicamente en Dios y no en ellos mismos o en su visión. Se guardan de la tentación de adorar a su visión en lugar de a Dios. Los líderes-siervos claman a Jesús para que les dé la fuerza para vencer la tentación de comprometer su carácter por privilegios. La victoria de Jesús nos provee un modelo para que lo sigamos y Su Espíritu nos provee el poder para superar las tentaciones que vienen con el liderazgo.
|