Publicación #228, Abril 6, 2022

Aprendiendo de Roboam: Los lideres pierden cuando no escuchan consejo

Roboam decidió buscar consejo y lo hizo muy bien. Después decidió a qué grupo iba hacerle caso y escogió mal. Las decisiones que tomó lo llevaron a un desenlace del cual no tuvo ningún control. 

Cuando todos los israelitas se dieron cuenta de que el rey no iba a hacerles caso, respondieron:«¡Abajo la dinastía de David! No nos interesa para nada el hijo de Isaí.
¡Regresa a tu casa, Israel! Y tú, David, ¡cuida de tu propia casa!».Entonces el pueblo de Israel regresó a casa; pero Roboam siguió gobernando a los israelitas que vivían en las ciudades de Judá. Luego el rey Roboam envió a Adoniram, quien estaba a cargo del trabajo forzado, a restaurar el orden, pero el pueblo de Israel lo apedreó a muerte. Cuando el rey Roboam se enteró, enseguida subió a su carro de guerra y huyó a Jerusalén. Hasta el día de hoy, las tribus del norte de Israel se han negado a ser gobernadas por un descendiente de David.
(2 Crónicas 10:1-19).

Las decisiones de Roboam le trajeron perdidas como líder. Ningún líder escogería deliberadamente perder. Pero los líderes que deciden no escuchar están escogiendo perder. Los líderes escogen perder cuando deciden no escuchar. Los líderes-siervos aprenden a escuchar bien al observar lo que Roboam perdió. 

Los líderes pierden influencia cuando no escuchan consejo.   

La influencia de Roboam se disolvió inmediatamente después de tomar su decisión puesto que miles de personas "regresaron a su casa". Sí, todavía siguió en el trono, pero había perdido su habilidad de influir a otros, lo cual es la esencia del liderazgo. El pueblo habló de la Casa de David (el linaje del cual descendía Roboam) como algo de lo que ya no querían tener parte. Roboam seguía siendo rey ¡pero ya no era su líder! 

Los líderes-siervos reconocen que el liderazgo es influencia. Si pierden su capacidad para influir en otros, su liderazgo se ha terminado. Los líderes-siervos aprenden a escuchar bien para que puedan seguir siendo un factor de influencia en sus seguidores. 

Los líderes pierden autoridad cuando no escuchan consejo. 

La gente le dio la espalda al liderazgo de Roboam cuando se dieron cuenta de que no estaba escuchándolos. Al igual que muchos líderes que sienten que están perdiendo poder, intentó demostrar que todavía tenía autoridad al enviar a Adoniram para forzar a la gente a que trabajara. En el proceso perdió a Adoniram ¡y tuvo que correr para salvar su propia vida! Era una demostración visible de la autoridad que había perdido. Los líderes duros, aun los dictadores, pueden gobernar con poder durante un tiempo. Pero cuando la gente a la que lideran se cansa, se volverá inmanejable. 

Los líderes-siervos no buscan autoridad, pero se la ganan al aprender a escuchar consejos.  

Los líderes pierden gente cuando no escuchan consejo. 

La renuencia de escuchar consejo le costó perder la mayor parte, 75%, de la nación. Perdió líderes, perdió sacerdotes, perdió granjeros, perdió a madres y padres. Perdió a gente que pudo haber estado llamada a construir esa nación. Pero más allá de haber visto reducido su reino de manera significativa, Roboam perdió todo el bien potencial que pudo haberse producido como resultado de tener un reino unificado. 

Los propósitos de Dios para la nación de Israel se vieron estorbados por las acciones de Roboam. La nación nunca se recuperaría. Nunca más se restauraría la adoración que caracterizó al reinado de David o el esplendor que caracterizó al reinado de Salomón. Los reyes del mundo nunca más vendrían a aprender del pueblo de Dios. ¡Ese es un precio muy caro a pagar por no haber escuchado los consejos adecuados!

Los líderes-siervos buscan producir el mayor impacto posible para el reino de Dios con el mayor número de gente a la que puedan influenciar. Saben que perder gente es parte del liderazgo. Pero los líderes-siervos aprenden a escuchar bien para no perder a ninguno de los que deberían de estar en su equipo.

  Para mayor reflexión y debate:

 

·       En mi caminar en el liderazgo ¿hubo alguna ocasión en la que no escuché bien? ¿Qué perdí? ¿Qué he aprendido de esa ocasión y qué estoy haciendo distinto? 

·       Como líder, ¿a quién he perdido en el camino? ¿Su salida tuvo algo que ver con mi incapacidad para escuchar bien? ¿Qué puede haber hecho diferente? 

·       ¿Actualmente existen personas bajo mi liderazgo que hayan perdido confianza en mi capacidad de liderarlas porque no los he escuchado bien? ¿Qué puedo hacer para corregir eso? 

Hasta la próxima, suyo en el peregrinaje,

Jon Byler

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Reflections for Serving Leaders is published by Center for Serving Leadership and Jon Byler. Copyright, 2022

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