Pablo nos pide a todos que hablemos la verdad en amor. "Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todos los aspectos en Aquel que es la cabeza, es decir, Cristo." (Efesios 4:15).
¡Decir la verdad puede ser algo de miedo! Podemos tener miedo de que no sea bien recibida. O podemos tener miedo de que la verdad ocasione más daño que bien. Puede ser difícil confiar en que el oyente va a recibir nuestras palabras con una buena actitud. Así que, Pablo nos da una revelación adicional cuando nos dice que el amor todo lo cree (1ra Corintios 13:7).
¿Qué significa confiar al hablar la verdad? La confianza es una creencia profunda y fuerte en la otra persona. Los líderes-siervos basan esta confianza/creencia en la dependencia en Dios, y no en el desempeño de la otra persona. Escogen creer que la persona es digna de amor debido al amor de Dios para todos nosotros.
La confianza no significa que un líder abra su corazón ciegamente a alguien que ha demostrado ser indigno de confianza. La confianza se gana, pero un líder puede hablar la verdad en amor confiando que Dios va a utilizarla para el bien de esa persona. Hablar la verdad con confianza significa extender gracia hacia los demás y escoger confiar en ellos más de lo que pueden merecer. El amor está dispuesto a tomar el riesgo. Los líderes-siervos aprenden a controlar su miedo y hablan la verdad con confianza.
Hablar la verdad con confianza requiere balance. Algunos líderes dudarán en hablar la verdad porque no confían en la persona con la que están hablando. Sospechan del corazón de la otra persona, quizás porque en el pasado esa relación haya causado algo de dolor. El dolor o la sospecha los mantiene en silencio y la verdad no es dicha. Otro líder puede creer lo mejor acerca de alguien y esperar que cambien por sí mismos sin escuchar la verdad. Este líder falla en compartir la verdad amorosamente.
Otros líderes pueden decir la verdad pero con muy poca confianza de que pueda producir un cambio o crecimiento. Traen a la memoria los errores del pasado y se enfocan en los fracasos de la otra persona. No esperan que algo pueda cambiar. Pablo recuerda a los líderes-siervos que deben hablar la verdad balanceada con confianza.
Hablar la verdad con confianza denota madurez. Conforme vamos aprendiendo a hablar la verdad con confianza, Pablo nos recuerda que creceremos en todos los aspectos en Aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.
Aprender a hablar la verdad con confianza toma tiempo. Los líderes inmaduros permiten que su dolor evite que hablen la verdad cuando una persona demuestra ser indigno de confianza. El dolor de estas experiencias difíciles hace muy complicado el confiar en otros. Toma tiempo y mucha experiencia el poder discernir sabiamente cómo y cuándo confiar, y tener el valor para arriesgar creyendo y confiando en lo mejor de los demás. Conforme van madurando, los líderes-siervos le piden a Jesús que los ayude a balancear la verdad y la confianza.
Hablar la verdad con confianza demuestra a Jesús. Jesús nos provee un gran ejemplo de cómo hablar la verdad con confianza en su diálogo con Tomás, el discípulo al que identificamos con dudar. Fue el último discípulo en creer que Jesús resucitó de los muertos. Pero Jesús le dijo a Tomás, " Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” (Juan 20:27-29).
Jesús habló tiernas palabras de amor a aquél que dudó de Él más y le ofreció esperanza a un hombre herido. No ignoró la implacentera verdad que Tomás había dudado. Pero habló con la confianza de que Tomás creería. Sus palabras invitaron a Tomás a crecer y a cambiar y transformaron su vida. Jesús habló la verdad con confianza y les enseña a los líderes-siervos a hacer lo mismo.
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