Los líderes enfrentan tentaciones como cualquier otra persona, pero también enfrentan tentaciones que son únicas debido a sus dones, llamado y rol. Jesús también enfrentó estas tentaciones al principio de Su peregrinaje de liderazgo, y le muestra a todos los líderes-siervos cómo identificar estas pruebas y resitirlas. En la primera de tres entregas relacionadas con las tentaciones, Mateo registra cómo el diablo le pide a Jesús que convierta unas piedras en panes. "Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo. Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre. En ese tiempo, el diablo[a] se le acercó y le dijo:—Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús le dijo:—¡No! Las Escrituras dicen:“La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios” (Matheo 4:1-4). El tentador no cuestionó la habilidad de Jesús para convertir las piedreas en pan. Así que ¿cuál es la prueba y cómo se aplica a nosotros como líderes? Esta tentación consiste en utilizar Su llamado para proveer para Sus necesidades. Cada líder será tentado a utilizar su liderazgo para proveer para sus necesidades de tres formas. La tentación de utilizar el llamado al liderazgo para proveer para nuestras necesidades de identidad. El diablo claramente puso a prueba la identidad de Jesús con estas palabras: "Si eres el hijo de Dios..." Su tentación consistía en que Jesús probara su identidad al realizar un milagro. Tentó a Jesús a que utilizara Su poder para que demostrara quién era. Pero Jesús se rehusó a permitir que su llamado al liderazgo moldeara su identidad. Su identidad estaba profundamente enraizada en Su relación con Su Padre. Es muy fácil para los líderes encontrar su identidad en su llamado o rol. Muchos líderes se presentan a sí mismos con estas palabras: "Soy el Pastor, o el Director, o el CEO". Por supuesto, no hay nada de malo en tener una identidad como líder. Sin embargo, la tentación es utilizar nuestro rol de liderazgo para proveernos de una identidad. Los líderes-siervos se rehusan a que su rol defina quiénes son. La tentación de utilizar el llamado al liderazgo para proveer para sus necesidades físicas. Después de un ayuno de 40 días Jesús tenía hambre y estaba listo para comer algo. En ese momento Jesús tenía una necesidad física legítima. La tentación para Jesús consistió en utilizar Su poder para satisfacer su hambre física. Pero Él respondió: "La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios". Con su respuesta Jesús implicó que Él estaba llamado a algo mucho más alto que lo físico. Estaba llamado a ayudar a la gente a encontar propósito en sus vidas, un sentido de realización, a desarrollar sus propios dones y a ver las necesidades del mundo tal como él las veía. Utilizar Su liderazgo para conseguir "sólo pan", hubiera sido comprometerse con algo mucho menor al propósito de Dios. Todos los líderes tenemos necesidades físicas de comida, dinero y alojamiento. Estas necesidades son legítimas, al igual que la necesidad de comida de Jesús era algo normal. Pero las necesidades físicas no deberían ser el enfoque de tu liderazgo. Los líderes-siervos aceptan la provisión de Dios, agradecidamente, para proveer para sus necesidades físicas, pero enfocan su liderazgo en un propósito mucho más alto. La tentación de utilizar el llamado al liderazgo para proveer para necesidades personales. Para Jesús, la tentación de convertir las piedras en pan fue una prueba para no utilizar su llamado para servirse a Él mismo en vez de a los demás. El estaba llamado a ser el Pan de Vida y ofrecerse a Sí mismo por otros, alimentándolos física y espiritualmente. Pero Jesús se rehusó a permitir que Su liderazgo se enfocara en satisfacer sus propias necesidades, y en vez, escogió ofrecerse a Sí mismo por el bien de los demás. Los líderes son tentados a utilizar su posición para ver qué pueden obtener para ellos mismos de su rol; en vez de utilizarlo para ver qué pueden darle a los demás. Los líderes-siervos siguen el ejemplo de Jesús y se enfocan en lo que pueden darle a los demás en vez de lo que pueden obtener para ellos mismos. Reconocen que el liderazgo es un llamado sagrado, no un medio para obtener ganancias físicas.
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