Publicación #218, Septiembre 15, 2021 

Hablar la verdad sin orgullo pero con humildad

La confrontación es algo difícil, pero frecuentemente forma parte del rol de un líder. Como líderes, es crucial que aprendamos a hablar la verdad sin orgullo, sobretodo cuando confrontamos un problema en la vida de alguien. Los líderes-siervos escuchan el mandato de Pablo de "hablar la verda en amor" (Efesios 4:15). Pero también reconocen que el amor genuino "no es orgulloso" (1ra Corintios 13:4), así que aprenden a hablar la verdad sin orgullo. 

El orgullo es pensar en uno mismo con un criterio más alto del apropiado; es verse a uno mismo como más importante que los demás. Esta actitud frecuentemente afecta lo que un líder puede decir y la forma en que lo dice. Esto es especialmente verdad cuando alguien necesita ser corregido. Imagínate que un miembro de tu equipo debía entregar un reporte para el Viernes, pero no lo entrega sino hasta el Lunes. ¿Qué significa hablar la verdad sin orgullo?  

Hablar la verdad sin orgullo requiere balance. 

Algunos líderes buscarían preservar la relación con aquel miembro del equipo y no dirían nada con la esperanza de que la persona cambie en el futuro. Pero la verdad debe ser dicha, o si no, la otra persona que ha hecho mal no será capaz de crecer y cambiar. 

Los líderes que no dicen la verdad no aman con suficiente profundidad para confrontar el mal. ¡Se aman más a ellos mismos que a la otra persona! Otro líder podría hablar la verdad pero con orgullo: “¡No puedo creer que no hayas entregado tu reporte a tiempo; Yo nunca he fallado hacerlo a tiempo!".

La verdad debe ser balanceada con humildad. En Gálatas 6:1, Pablo da instrucciones sobre cómo dar correción: "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado." Pablo dice que debemos corregir con "mansedumbre" y cuidarnos a nosotros mismos porque podemos ser tentados también.  

¿De qué forma somos tentados? Principalmente a corregir con orgullo. Somos tentados a creer que somos mejores que aquél que pecó o que ha cometido un error. Rápidamente pensamos que su problema es peor que el nuestro. Somos tentados a creer que nosotros nunca cometiríamos el mismo error. 

Cuando el líder habla con orgullo se transmite un espíritu de superioridad. Pueden hablar la verdad, pero su motivación es hacerse ver bien a ellos mismos, no ayudar a la otra persona. “Yo soy mejor que tú, por eso te estoy diciendo la verdad". Pero el hacer menos a los demás jamás te ayudará a que crezcas como líder y/o persona. La humildad permite que el líder señale el problema sin creerse superior. Los líderes-siervos aprenden a balancear la verdad con la humildad. 

Hablar la verdad sin orgullo denota madurez. 

No es fácil corregir a alguien sin sentirse superior a ellos. El hecho de que es necesaria una corrección es indicativo de que la otra persona se ha equivocado. Es natural que el líder se sienta superior, y frecuentemente los líderes "creen tener todas las respuesas". Fácilmente pueden llegar a pensar que no sólo están por delante de aquellos que lideran sino por encima de ellos también.

Hasta que el Espíritu de Dios no rompa nuestro orgullo, será imposible hablar la verdad con humildad. Los líderes-siervos rápidamente se arrepienten cuando identifican su propio orgullo y le piden a Dios que aumente su amor por la otra persona. Entonces pueden hablar la  verdad con humildad. Conforme van aprendiendo a hacer esto, crecen en madurez.  

Hablar la verdad sin orgullo refleja a Jesús. 

Pedro contradijo, con mucha valentía, lo que Jesús estaba diciendo que ocurriría en el futuro. Él estaba equivocado y Jesús lo confrontó: 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. (Mateo 16:23).

Pedro acababa de declarar que Jesús era el Cristo. Jesús pudo haber respondido con orgullo y con un recordatorio de quién era Él, en vez de enforcarse en Pedro y en su necesidad de cambiar. Jesús corrigió al hablar la verdad con humildad y los líderes-siervos aprenden a hacer lo mismo al seguir el ejemplo de Jesús.

  Para mayor reflexión y debate:

 

·       ¿Cuál mi tendencia natural: ignorar la necesidad de hablar una palabra de corrección o hacerlo con orgullo? ¿Cuál ha sido el resultado en mi liderazgo? 

·       ¿En qué ocasión he hablado la verdad pero sin humildad? ¿Cuál fue el resultado en mi propia vida y en la vida de la otra persona con la que hablé? 

·       Si el hablar la verdad con humildad es una muestra de madurez, ¿cuánto he crecido en esta área? ¿En qué relaciones me está pidiendo Dios que aprenda a hablar la verdad con humildad?    

·       ¿Puedo pensar en otro tiempo en el que Jesús haya corregido con verdad y sin orgullo? ¿Qué puedo aprender de Su ejemplo? 

En la siguiente publicación examinaremos lo que significa hablar la verdad sin deshonrar al otro. 

Hasta la próxima, suyo en el peregrinaje,

Jon Byler

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Reflections for Serving Leaders is published by Center for Serving Leadership and Jon Byler. Copyright, 2021

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