Pablo nos pide que hablemos "la verdad en amor" (Efesios 4:15), y también nos dice que "el amor es paciente" (1ra Corintios 13:4). ¿De qué forma los líderes pueden hablar la verdad pacientemente? En su forma más sencilla, la paciencia signfica aceptar los retrasos sin enojarse o sentirse perturbado. Así que, hablar la verdad pacientemente requiere que los líderes piensen cuidadosamente acerca del tiempo y la ocasión en la que dirán sus palabras. Reconocen que algunas veces hablar la verdad en amor requiere esperar o tomar más tiempo del que les gustaría tomarse.
Hablar la verdad pacientemente requiere balance.
La verdad necesita ser expresada pero la paciencia requiere voluntad para esperar. Las dos deben de ser balanceadas para poder hablar la verdad en amor. ¡Algunos líderes pueden ser tan "pacientes" que pudieran llegar a nunca decir la verdad!
Pero lo más común es que los líderes quieran decir la verdad demasiado rápido. Citan las palabras de Jesús: "Y conoceréis la verdad y la verdad los hará libres" (Juan 8:32). Y razonan de la siguiente manera: “Mientras más rápido esta persona sepa la verdad, ¡mejor!" Pero hablar la verdad con paciencia requiere balance. Los líderes-siervos aprenden que tienen que esperar al tiempo correcto para hablar la verdad.
Hablar la verdad con paciencia puede significar esperar a que la otra persona esté lista para la verdad. Puede haber una situación que requiera esperar a que la parte cambie antes de que pueda estar abierta a la verdad. Algunas veces hablar la verdad en la presencia de otra gente puede traer vergüenza a la persona en lugar de motivarla a cambiar. Los líderes-siervos reconocen que sin paciencia la verdad "no los hará libres". Están dispuestos a esperar al tiempo correcto para hablar la verdad. Reconocen que el amor a las personas es tan importante como el amor a la verdad.
Hablar la verdad pacientemente denota madurez.
Los líderes inmaduros se apresuran a hablar la verdad sin ninguna consideración al tiempo o la ocasión correctas. Decir la verdad siempre parece ser más urgente de lo que en realidad es. Al madurar, los líderes permiten que el fruto de la paciencia se desarrolle en sus vidas y a veces escogen esperar para decir la verdad. Permiten que Dios se tome el tiempo necesario para moldear sus corazones para revelar algún motivo equivocado. Los líderes maduros se dan cuenta de que no todos están listos para la verdad al mismo tiempo y están dispuestos a esperar con paciencia. Los líderes-siervos esperan el tiempo correcto, el contexto correcto y la motivación de sus corazones correctas.
Hablar la verdad pacientemente refleja a Jesús.
Jesús, el Gran Maestro, era capaz de esperar al momento indicado para decir la verdad. Sabía que Pedro lo negaría y le dijo esa verdad en el aposento alto mientras estaban comiendo la Cena Pascual. (Lucas 22:34). Más tarde, Jesús sería arrestado y Pedro lo seguiría hasta el patio del Sumo Sacerdote donde negó conocer a Jesús tres veces.
60 Pero Pedro dijo: «¡Hombre, no sé de qué hablas!». Inmediatamente, mientras aún hablaba, el gallo cantó. 61 En ese momento, el Señor se volvió y miró a Pedro. De repente, las palabras del Señor pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». 62 Y Pedro salió del patio, llorando amargamente. (Lucas 22:60-62)
Justo cuando Pedro acaba de cometer su tercera traición, Jesús se voltea y mira a Pedro. ¿Cuál era la verdad en esta situación? Pedro había traicionado y le había fallado a su Señor. Muchos líderes en ese momento hablarían la verdad rápidamente: ¡te dije que ibas a fracasar!
¿Pero qué dice Jesús? ¡Nada! Jesús fue paciente. Sabía que ese no era el momento correcto para hablar la verdad. Pedro necesitaba llorar y reflexionar en su actuar.
Más tarde, Jesús vendría a Pedro y le preguntaría tres veces, "¿Pedro, me amas? Después le pidió a Pedro que "cuidara de sus ovejas (Juan 21:15-19). Había un tiempo para la verdad, pero Jesús la habló sólo después de que esperó pacientemente.
Como Jesús, los líderes-siervos aprenden a hablar la verdad...pacientemente |