Bernabé: servir a través del fracaso

Publicación #334, Abril 16, 2025

Bernabé fue un gran líder y hemos reflexionado sobre muchas grandes cosas de su vida. Pero no era perfecto. Se nos registran dos incidentes que revelan sus imperfecciones.

36 Algún tiempo después, Pablo dijo a Bernabé: «Volvamos a visitar a los creyentes en todas las ciudades donde predicamos la palabra del Señor y veamos cómo les va.» 37 Bernabé quería llevar consigo a Juan, llamado también Marcos, 38 pero a Pablo no le pareció prudente llevarlo, porque los había abandonado en Panfilia y no había continuado con ellos en la obra. 39 Tuvieron un desacuerdo tan agudo que se separaron. Bernabé tomó a Marcos y se embarcó para Chipre, 40 pero Pablo eligió a Silas y partió encomendado por los creyentes a la gracia del Señor. 41 Recorrió Siria y Cilicia, fortaleciendo las iglesias (Hechos 15: 36-41).

Después de servir juntos como un poderoso equipo durante años, Pablo y Bernabé no se ponían de acuerdo sobre si debían llevar a Marcos en el siguiente viaje. Este conflicto no resuelto es, irónicamente, la última vez que oímos hablar de Bernabé en el libro de los Hechos.

Quizás incluso antes de este conocido desacuerdo, hubo otro contencioso sobre la circuncisión en Antioquía. Pedro actuó hipócritamente y fue reprendido públicamente por Pablo. En su escrito sobre el incidente, Pablo también informó: 

Los otros judíos se unieron a él [Pedro] en su hipocresía, de modo que por su hipocresía incluso Bernabé se extravió (Gálatas 2:13).

En esta situación, Bernabé y Pedro estaban claramente equivocados (ver nota*). Pero los fracasos de Bernabé sirven para recordar a los líderes que, incluso en nuestros fracasos, podemos servir a los demás.  

El fracaso de Bernabé sirve para demostrar que el  fracaso es normal.

Pablo tenía en tan alta estima a Bernabé que dijo que «incluso Bernabé fue descarriado». Da a entender que Bernabé era la última persona de la que esperaba que cometiera ese error. Pero Bernabé fracasó y muestra a todos los líderes que el fracaso es de esperar. Ciertamente, no pretendemos ni planeamos fracasar, pero debemos anticiparlo. Algunos líderes ven el fracaso como un signo de incompetencia, por lo que se sienten obligados a encubrirlo, negarlo o ignorarlo. Pero los líderes que sirven aceptan su humanidad y la realidad de que todos los líderes fracasan. Se dan gracia a sí mismos y piden gracia a los demás cuando fracasan. Al hacerlo, sirven a quienes dirigen mostrándoles que el fracaso es normal.

El fracaso de Bernabé sirve para demostrar que el fracaso no es el final.
La historia registrada de Bernabé termina con el desacuerdo entre él y Pablo, pero su labor no terminó ahí. Bernabé se llevó a Marcos con él en un viaje misionero y, aunque no conocemos los resultados, sin duda podemos esperar que las iglesias existentes se fortalecieran y que se plantaran otras iglesias gracias a su trabajo. Algunos líderes ven el fracaso como el final de su trabajo, pero los líderes que sirven entienden que el fracaso no es definitivo. Aprenden a continuar el viaje después de cada fracaso y sirven mostrando que el fracaso no es el final. 

El fracaso de Bernabé sirve para demostrar que el fracaso puede conducir al crecimiento.
Tanto Bernabé como Pablo crecieron gracias a su desacuerdo. Más tarde, Pablo pidió a Marcos que le ayudara (véase 2 Timoteo 4:11). Bernabé creció como líder de equipo mientras viajaba con Marcos. Dios usó su desacuerdo para enviar dos equipos en vez de uno y trajo crecimiento a las iglesias. En el tema de la circuncisión, tanto Bernabé como Pedro fueron capaces de ver sus errores y hacer correcciones. Algunos líderes ven el fracaso como el fin del crecimiento, pero los líderes que sirven ven los fracasos como oportunidades de crecimiento. Se preguntan qué salió mal y qué se puede aprender. Se ajustan, cambian y adaptan según sea necesario y luego continúan con la misión. Sirven a sus equipos creciendo a través del fracaso.   

Para mayor reflexión y debate:

  • ¿De qué manera el fracaso de Bernabé me interpela como líder? ¿Qué puedo hacer esta semana para parecerme más a él cuando responda a mis propios fracasos?
  • ¿Veo el fracaso como algo normal en mi propio liderazgo? Si es así, ¿cómo se lo comunico a los demás? Si no es así, ¿cómo afecta esto a la forma en que veo y respondo a los fracasos de los demás?
  • ¿He permitido que un fracaso pasado me impidiera hacer lo que debería estar haciendo? Si es así, ¿qué pasos debo dar para volver al buen camino?
  • ¿De qué manera mis fracasos han aportado crecimiento a mi vida y a mi liderazgo? ¿Quién necesita oír lo que he aprendido y cuándo compartiré mi historia con ellos? 

Hasta la próxima, suyo en el peregrinaje,

Jon Byler

En la siguiente edición veremos cómo Bernabé sirvió con carácter. 

*Nota. Los eruditos debaten sobre si la visita de Pedro a Antioquía fue anterior o posterior al Concilio de Jerusalén, en el que los dirigentes de la Iglesia resolvieron la cuestión de la circuncisión. (Si la visita fue después, el fracaso de Pedro y Bernabé fue sin duda más grave. Pero cualquiera que sea la fecha, ambos fallaron en vivir el mensaje del evangelio.

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